El mercado brasileño sigue centrando las miradas del mundo iGaming. Con muchos desafíos aún por resolver, el país sigue avanzando hacia un mercado estable que pueda desarrollarse de la mejor manera posible.

En Gaming Intelligence en Español, hemos querido conocer las impresiones del experto brasileño en iGaming, Elvis Lourenço, quien destaca el hecho de que Brasil debe priorizar las políticas que atraigan a los jugadores al entorno autorizado. Además, reflexiona acerca de la importancia del juego responsable para la sostenibilidad del sector y advierte acerca de las virtudes y defectos de la legislación española como ejemplo para Brasil.

¿Cuál es su evaluación de estos primeros meses del mercado regulado en Brasil?

El mercado brasileño está atravesando una transición importante. Existe un esfuerzo genuino por parte del gobierno para consolidar el marco regulatorio y de los operadores para adaptarse a los nuevos requisitos. Sin embargo, aún existe un desajuste entre la velocidad de la regulación y la madurez operativa del sector.

En general, el resultado es positivo: ahora contamos con un marco legal, un organismo regulador activo y el inicio de un entorno predecible. El siguiente paso es afinar la dirección para que el crecimiento se produzca con sostenibilidad, seguridad jurídica y equilibrio competitivo.

Usted ha dicho que Brasil necesita corregir su rumbo. ¿Hacia dónde se dirige el mercado?

Brasil debe avanzar hacia una canalización efectiva del mercado, priorizando políticas que atraigan a los jugadores al entorno autorizado. Esto requiere educación, una aplicación inteligente de la ley e incentivos para el cumplimiento. Si el enfoque se centra únicamente en los impuestos y las restricciones, existe el riesgo de construir un pequeño mercado regulado mientras el no regulado continúa expandiéndose. El camino correcto es el crecimiento con propósito, basado en la transparencia, la innovación y la protección del jugador.

Los nuevos impuestos obligan a las empresas a adaptarse. ¿A qué tipo de adaptación se refiere?

Las empresas deberán revisar sus modelos operativos y financieros, centrándose en la eficiencia fiscal, el cumplimiento normativo y la tecnología. Esto incluye la automatización de controles, la integración de datos con los reguladores y la reevaluación de márgenes y costos de adquisición. Sin embargo, la adaptación más importante es estratégica: comprender que operar en un Brasil regulado no se trata solo de cumplimiento normativo, sino de formar parte de una transformación del mercado más amplia donde la reputación y la responsabilidad son tan relevantes como el rendimiento financiero.

¿Podría una regulación excesiva obstaculizar el crecimiento del mercado brasileño?

Sí. Una regulación excesiva puede tener el efecto contrario: reducir la competitividad, desincentivar la inversión y debilitar el propio sistema regulado.

La regulación debe proteger a los consumidores, pero también debe permitir que el sector crezca, cree empleos y genere ingresos. La clave está en el equilibrio: ni un enfoque de laissez-faire ni un marco rígido que frene la innovación.

¿Son las restricciones del gobierno español un mal ejemplo de lo que debería hacerse en Brasil?

El modelo español es una referencia importante, pero Brasil no debería copiarlo literalmente. España adoptó un enfoque muy restrictivo en materia de publicidad que, si bien redujo la exposición al juego, también afectó gravemente la visibilidad de la industria y la financiación del deporte, especialmente del fútbol. Esto sirve como advertencia: una restricción excesiva no implica necesariamente una protección más eficaz.

En Brasil, la situación es diferente. La canalización del mercado sigue siendo baja, y las acciones gubernamentales contra el juego ilegal y la concienciación de los jugadores siguen siendo limitadas. Implementar un modelo tan estricto como el de España hoy en día podría reducir la canalización, desalentar a los operadores serios y debilitar el papel económico y social del deporte, que sigue siendo uno de los principales impulsores de la inversión y la participación en el sector.

El camino de Brasil debe centrarse en el equilibrio, garantizando la responsabilidad y la transparencia, a la vez que preserva la competitividad, la innovación y la capacidad del mercado para financiar el deporte y crear empleo.

¿Cuáles deberían ser los tres pilares que sustentan el mercado en los próximos años?

Los tres pilares esenciales son la previsibilidad, la responsabilidad y la innovación. La previsibilidad garantiza la estabilidad jurídica y la confianza de los inversores. La responsabilidad garantiza la seguridad en el juego, la integridad deportiva y la protección del consumidor. La innovación mantiene el mercado competitivo y conectado con las nuevas tecnologías y el comportamiento de los jugadores. Estos elementos son los que diferencian un mercado regulado sostenible de uno meramente sujeto a impuestos.

¿Qué papel desempeñarán los operadores internacionales en todo esto?

Los operadores internacionales desempeñarán un papel clave en la transferencia de conocimientos y mejores prácticas. Aportan experiencia de mercados consolidados en áreas como cumplimiento normativo, integridad y juego responsable.

Al mismo tiempo, deberán adaptarse a la realidad brasileña, respetando la cultura local, los hábitos de consumo y el rol social del deporte. El éxito dependerá de encontrar el equilibrio adecuado entre la experiencia global y la identidad nacional.

¿Representan las apuestas ilegales una amenaza grave para las empresas del sector del juego en Brasil?

Sí, actualmente es la principal amenaza. Las apuestas ilegales socavan la credibilidad del mercado, desvían los ingresos estatales y perjudican a los operadores con licencia que cumplen las normas e invierten localmente.

Sin una aplicación eficaz de la ley y una comunicación clara con los jugadores, el mercado no regulado seguirá creciendo. La respuesta debe ser integral, involucrando al gobierno, los medios de comunicación, los proveedores de pagos y las plataformas. Esto no es solo un problema legal, sino también un desafío de política pública.

¿Cree que Brasil está haciendo un buen trabajo en cuanto a la sensibilización social y empresarial sobre el juego responsable?

Aún se encuentra en sus primeras etapas. Hay iniciativas prometedoras en desarrollo, pero carecen de coordinación y alcance. El juego responsable debe considerarse un pilar fundamental de la sostenibilidad, no solo una obligación regulatoria. Brasil tiene la oportunidad de diseñar su propio modelo, combinando educación financiera, monitoreo del comportamiento y apoyo psicológico para proteger a los jugadores y legitimar el mercado.