Varios reguladores europeos presentes en el I Congreso Internacional del Juego, que se celebra en Madrid hoy y mañana, se han comprometido a coordinar acciones contra el juego ilegal para acabar con la dimensión internacional del juego ilegal. 

El regulador español, Mikel Arana, indicó en su presentación en el Congreso que una de las mayores preocupaciones de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) son “las asociaciones criminales y el blanqueo de capitales que, en ocasiones, se esconden detrás del juego ilegal”. Resaltó, además, que “el juego ilegal no conoce fronteras” e informó de que los reguladores ya han iniciado un debate técnico sobre “cómo combatir las plataformas de juego ilegal, último refugio de los jugadores problemáticos”.

En ese sentido, Arana incidió en que España “seguirá colaborando con las fuerzas de seguridad y mantendremos las acciones de sanción e inspección para bloquear y cerrar miles de páginas web ilegales, como se está haciendo anualmente en España”.

En su presentación inicial, el regulador español destacó la necesidad de minimizar los riesgos del juego, “porque el juego no es inocuo, porque el trastorno por juego es una enfermedad real, reconocida por la OMS y que debemos combatir con todas nuestras herramientas. Como reguladores, nos corresponde proporcionar herramientas para minimizar el riesgo, pero para ello hay que analizar por qué”.

Los factores de riesgo que identifica el regulador español son dos: la naturaleza del producto y el modelo de negocio. Respecto al primero, Arana afirmó que “no todos los juegos son iguales y no hay juego inocuo”, aunque añadió que el juego presencial presenta menos riesgo que el online. “Es fundamental conocer la naturaleza de los distintos tipos de juego y las dinámicas entre operador y jugador, en orden a que ese jugador no acabe desarrollando una enfermedad”, indicó.

En cuanto al modelo de negocio, Arana informó de que un jugador español gasta de media 706 euros al año, y que el 80% de las pérdidas se concentran en el 10% de los jugadores. Se trata, explicó, de un “modelo de negocio con una rotación muy alta y una alta dependencia de jugadores intensivos”, además de una alta inversión en publicidad, afiliados o bonos. 

Para el director de la DGOJ, el mercado debería transitar hacia un modelo “con menor inversión publicitaria y mayor responsabilidad social corporativa”, lo que calificó en España como “un unicornio azul”. Y añadió que en el ámbito del juego “no hay un problema ideológico sino de salud pública”, que estimó de entre el 4 y el 5% del mercado.

Un día antes del I Congreso Internacional del Juego, se reunieron en Madrid a instancias de la DGOJ, representantes de siete países europeos (Austria, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Reino Unido y España) para analizar los principales desafíos regulatorios del Sector y reforzar la cooperación internacional en materia de Juego. El encuentro, encabezado por el director general Mikel Arana, sirvió como foro de intercambio técnico entre autoridades europeas que, pese a sus diferentes marcos normativos comparten preocupaciones comunes: el combate al Juego ilegal, la protección del consumidor y la prevención del blanqueo.

España ha abierto las sesiones con una ponencia sobre el papel de los afiliados en la promoción de operadores no autorizados, mientras que Alemania e Italia han abordado conjuntamente las estrategias de bloqueo de pagos a sitios ilegales. Francia ha centrado su exposición en el uso de inteligencia artificial aplicada a la gestión de usuarios y en los posibles conflictos de interés en las apuestas deportivas. Austria, por su parte, ha presentado los avances del nuevo paquete legislativo europeo sobre prevención del blanqueo de capitales y su evaluación por parte del GAFI.