Manuel Sánchez (regulador de Panamá): «Mi país es un lugar estable para el juego»

Panamá es una de las regulaciones estrella de la región de Centroamérica y Latinoamérica en el último año y medio. El presidente de la Junta de Control de Juego, Manuel Sánchez Ortega, valora este primer año de regulación online en este país de cuatro millones de habitantes donde hay cuatro licencias online y se han apostado en un año 90 millones de dólares. 

Pregunta.- ¿Cómo está funcionando la regulación online en Panamá?

Respuesta.- En Panamá, hace un año y algunos meses que funciona la regulación online. El país tiene seguridad jurídica. Por tanto, es un atractivo para los inversionistas a nivel mundial. Tenemos el dólar, una ubicación privilegiada y Panamá es un país donde el juego ha crecido de forma controlada. En apuesta y maquinitas se apostaron más de US$1.870m a diciembre de 2022 en Panamá. Es un lugar estable para el juego, estamos por encima del 96% en cuanto a la estabilidad del juego tras la pandemia. Ha ido creciendo rápidamente. 

P.- ¿La regulación del juego online se realiza en Panamá como consecuencia de la pandemia?

R.- Claro, la hacemos justo semanas antes de la pandemia. Y fue una bendición para el país, porque se pudo recaudar de algo, ya que teníamos todos los casinos cerrados. En su momento, entró Caliente y estuvo operando solo, porque no se pudieron dar más permisos durante un año. Fue una forma de conseguir algunos ingresos y una forma de entretenerse para ese público apostador. Desde entonces se han dado cuatro permisos más. Tenemos operadores como Codere Apuestas, Sportium, y otros dos más, Starplay y otro más. Y Caliente cambió a Betcris con Playtech. 

P.- ¿Qué ha representado el juego online para el país?

R.- El juego online ha traído inversión en equipos de fútbol, en atletas. Los equipos de béisbol o fútbol de Panamá tienen espónsors por parte de las casas de apuestas online. El deporte ha mejorado. En los permisos que se están dando, los licenciatarios tienen un derecho de llave, de pago único de 10.000 dólares, y cumplir con los requisitos de las experiencias básicas. Yo soy un regulador pro juego, obviamente controlado. También tenemos unas medidas de juego responsable. 

P.- Tienen una oficina de juego responsable, ¿cierto?

R.- Sí, así es. Tenemos un gran proyecto en cuanto al combate del juego compulsivo y ludopatía. Tenemos una oficina de juego responsable, una psicóloga que orienta a estos jugadores. Que son los menos, pero el gobierno no los va a abandonar. Para eso está la Junta de Control de Juego. Las páginas en línea tienen la obligación de usar nuestros eslóganes de juego responsable. También hay medidas de autoexclusión; se autoexcluyen unos cuatro jugadores por semana. Para un país de 4 millones de habitantes, no llega al 1%. Hay unos 600 jugadores autoexcluidos. 

P.- ¿Cuántos jugadores hay registrados en las plataformas online?

R.- Con poder adquisitivo, del universo de apostadores que hay en Panamá, más de 150.000 personas. La más grande es Betcris, porque lleva más de 20 años en Panamá. El juego en línea en un año en Panamá se apostaron 90 millones de dólares. Sólo en diciembre se apostaron 21 millones de dólares en línea. Espero que cuando bloqueemos las 2.500 páginas ilegales que existen ahora, esas cifras mejoren tanto para el Estado como para el empresario. No son seguras, cuando nosotros garantizamos que se van a pagar los premios. Las páginas ilegales ni siquiera están en Panamá. 

P.- ¿Qué número de licencias quiere ofrecer la Junta de Control de Juegos de Panamá?

R.- En Panamá tenemos claro que queremos calidad y no cantidad. Queremos operadores con experiencia y que le queden bien a ese público apostador. Hemos otorgado cuatro licencias, creo que el mercado nacional aguantará de doce a trece licencias muy bien llevadas. Caliente y Playtech hicieron el trabajo de enseñarle al panameño a jugar en línea. Pero apenas abrió el resto, fueron migrando y algunos están en muchas. 

P.- ¿Qué ocurre con la gente que no tiene métodos de pago online?

R.- Es muy común en Latinoamérica que la gente funcione con efectivo. He ido a reuniones con los bancos estatales y la Caja de Ahorros les está abriendo cuentas, poco a poco, de forma administrativa. Hay algunos bancos privados que están empezando a apostar por esto. Pero ha costado, porque en Panamá una página de juego online está más regulado que incluso un banco. Cumplimos con más requisitos y fiscalización. Además, se está permitiendo la recarga en centros comerciales, en cajeros automáticos con tarjeta prepagada. Hemos sido muy flexibles para poder ayudar a ese empresario que ha iniciado el juego online. 

P.- ¿Dónde va la recaudación del juego?

R.- Estamos recaudando de 6 a 8 millones de dólares mensuales. Obviamente impulsa la economía panameña. Estamos entre los seis que más ingresos aportamos al Estado panameño. Y va a escuelas, carreteras, y a los jubilados (el 5,5% del juego va a las pensiones). 

P.- ¿Cómo trabaja Panamá para evitar el lavado de activos?

R.- Tenemos una Superintendencia de sujetos no regulados, que es la encargada de verificar el lavado de dinero específico de los casinos. No se da, porque los casinos tienen unos sistemas de conocer al cliente más exhaustivos que un banco. Está totalmente controlado. Los operadores tienen informes de quiénes apuestan más de 10.000 dólares. El encargado de supervisar eso no es la Junta de Control de Juegos, sino la Superintendencia. 

P.- ¿Qué juegos se han regulado?

R.- Hemos creado dos licencias nuevas atractivas, los juegos instantáneos como el Raspa, a veinte años como el resto. También se ha creado la licencia de bingo televisado. Queremos regular los bingos ilegales, y el bingo es algo esencial de la Junta de Control de Juegos. Regulamos todo, salvo la lotería. Tenemos licencias de casinos completos, tipo A y tipo C. Tenemos un equipo de fiscalización por todo el país. El juego físico es el más demandado en el país. 

P.- Ahora están a punto de organizar la Cumbre Iberoamericana del Juego.

R.- Sí, Panamá va a ser sede. Y estamos muy contentos de poder recibir a los reguladores.

P.- ¿Cómo ve la ola regulatoria de Latinoamérica?

R.- Nos sentimos orgullosos de que nuestra norma haya sido ejemplo para países como Argentina que han tomado nuestra regulación como ejemplo. Es una regulación bien hecha.