La operadora española de juego cotizada en Madrid Codere ha reaccionado a los nuevos ratings de las agencias de calificación, asegurando que mantiene sus previsiones, pese a esas nuevas calificaciones debido a la incertidumbre en los mercados tras los resultados de las primarias en Argentina y su exposición a dicho mercado.
En este contexto, la agencia de calificación crediticia S&P ha mantenido su calificación de B para el grupo de origen español, si bien la someterá a vigilancia durante los próximos seis meses (Credit-Watch Negative), al acercarse el grupo al periodo de dos años previos al vencimiento de sus bonos.
Desde el departamento de Comunicación de Codere, se indica que los argumentos esgrimidos por la agencia responden a criterios estrictamente técnicos sobre el plazo de refinanciación, equilibrando la incertidumbre generada en Argentina con la favorable evolución de la compañía y su capacidad de enfrentarse a escenarios adversos, por circunstancias macroeconómicas o regulatorias, generando crecimiento.
Por su parte, la agencia Moody’s ha rebajado un escalón la calificación de Codere, de B2 a B3, manteniendo la perspectiva estable, argumentando el potencial impacto de la situación que está viviendo Argentina tras las pasadas elecciones primarias, en la rentabilidad y capacidad de generación de caja del grupo.
Desde la compañía se reacciona ante esta decisión. Codere manifiesta qeu no comparte la decisión adoptada por Moody’s, entendiendo que el nuevo informe emitido no refleja apropiadamente la situación actual, ni las perspectivas de la compañía. Para ello, se basa en que esta rebaja de rating no toma en cuenta la reciente comunicación de la compañía sobre los efectos de la situación de Argentina en sus resultados del segundo trimestre y reafirmando su expectativa de cumplir con la guía de Ebitda ajustado para 2019, que conlleva tanto una mejora significativa del ebitda respecto al año anterior, como de generación de flujo de caja libre positivo para este año.
En segundo lugar, la compañía incide en que ha demostrado en estos primeros seis meses del ejercicio menores niveles de gastos no recurrentes y de inversiones en mantenimiento y crecimiento (capex), con lo que estima que «se mejora la expectativa de generación de caja del ejercicio. En consecuencia, y en contraste con las expectativas de la agencia de rating, la empresa espera generar un flujo de caja positivo durante 2019».
Por otro lado, desde Codere se incide en que los resultados a cierre de junio 2019 (y adelantados el 26 de agosto), «reflejan que, tanto el Ebitda de la compañía como el ajustado, la diversificación geográfica de ambos y la generación de caja, alcanzan, a mediados de este año, su nivel más alto desde 2012, mientras que el apalancamiento neto se sitúa en mínimos de 2,7x».
E insiste en que el grupo sigue implementando su Plan de Transformación interno, «digitalizando su front y back offices, y activando palancas capaces de generar un crecimiento significativo de ebitda ajustado en próximos años».
En particular, desde Codere se estima que este plan ha permitido reducir la exposición en Argentina, que ha pasado de suponer 131 millones de euros del ebitda ajustado (casi el 50 por ciento del consolidado), a alrededor de 65 millones en 2019 (menos del 25 por ciento), mientras que el del resto del grupo ha pasado en este periodo de aportar 121 millones de euros a 220 aproximadamente, según el guidance facilitado al mercado para 2019.
En el contexto de la publicación de los resultados del primer semestre de 2019, el próximo viernes 13 de septiembre, la compañía comentará en profundidad sus datos y expectativas de generación de flujo de efectivo basadas en los datos reales del segundo trimestre del año.
Codere también ha anunciado que espera que en los próximos meses «la confirmación de las expectativas de resultados hechas públicas por la compañía y la resolución de algunas de las incertidumbres que a día de hoy se mantienen sobre la evolución del escenario macroeconómico en Argentina, contribuyan a avanzar en el proceso de refinanciación de la deuda, facilitando la revisión de las decisiones ahora tomadas por las agencias de rating».