El nombre de Ramiro Atucha no necesita presentación. Este visionario lleva siempre un poco más allá las posibilidades de la industria del entretenimiento. Es lo que está haciendo con su aventura en solitario en Atucha Strategic Advisory, que ya empieza a posicionarse como un referente en el sector.
Atucha Strategic Advisory tiene una visión 360, pero con un enfoque muy especial en herramientas de medición y optimización del retorno de inversión de los costos de adquisición de jugadores. Justo cuando la IA domina los datos, pero las regulaciones se endurecen y aumentan los costes e impuestos en la industria, Atucha apunta el camino a seguir en esta nueva etapa.
“Creo que, teniendo en cuenta el aumento de costos, impuestos y demás en la industria, es relevante que se empiece a hablar de atribución de marketing, o sea, a quién le atribuís tu nuevo jugador. Cómo se mide realmente el retorno de la inversión y cómo se optimiza todo eso, además con herramientas de inteligencia artificial”, afirma Atucha en una entrevista con Gaming Intelligence.
Para Atucha, la evolución constante del sector del juego está llevando, en el caso de América Latina, “a dejar de entenderse como un todo y empezando a entenderse como países distintos, culturas diferentes, más formas de acceso, y regulaciones también distintas, tal vez diría que con demasiadas similitudes en virtudes y defectos respecto de Europa y Estados Unidos”. En su opinión, “a veces da la sensación de que de que las nuevas regulaciones no se están tomando el tiempo de mirar que funcionó bien o mal cuando llevan un tiempo operando”. Todo en un contexto general de restricciones regulatorias que, opina Atucha, están fomentando en ciertos casos el trasvase al juego ilegal.
Sobre los primeros pasos de Atucha Strategic Advisory, su fundador considera que “para poder asesorar, uno tiene que tener determinada edad, recorrido, trayectoria y, sobre todo, una cantidad importante de batallas ganadas y perdidas. Y mucha honestidad sobre lo que se hizo bien y mal, para ahorrarle ese problema al otro”. Además de su experiencia evidente en Latinoamérica y su conexión entre esa experiencia y la europea.
“Yo siempre me refiero a los mercados de LatAm y Europa como si fueran dos idiomas diferentes. Siento que hablo los dos idiomas por mi experiencia en ambos lados y, a veces, cuando uno habla esos dos idiomas y y ve gente interactuando entre ambos, se da cuenta de desconexiones de malos entendidos y me siento capacitado para colaborar en esa transición de muchos proyectos, desde el crecimiento, el acceso a nuevos mercados, ya sea de LatAm para Europa, Estados Unidos o viceversa”, afirma.
Atucha Strategic Advisory tiene ya sus primeros clientes con proyectos interesantes, como Inmensity.ai, un grupo americano procedente de la industria de la música, “algo que me gusta mucho, porque cuando vi que una empresa que logró muchísimo éxito en una industria tan difícil, tan competitiva, de márgenes tan pequeños, quería entrar en gaming, enseguida me interesó”, afirma. Especializados en medir la inversión en marketing y publicidad, Atucha les asesora en aplicar su ámbito de experiencia al sector del juego.
En el caso de End2End, otro de sus clientes, “yo llego en un momento en que quieren reformar su imagen, su identidad y pasar al siguiente nivel, llevando un producto que ya está probado, que ya está súper competitivo a otros mercados”, afirma Atucha. En el caso de esta empresa de origen argentino, se dedica únicamente al bingo multijugador. “Tienen un mercado nicho y muy especializado. Y se dedican exclusivamente a eso”, asegura.
A la hora de seleccionar los proyectos que asesora, Atucha tiene muy claro que “vendo cosas en las que creo, que siento mías”, en este caso como board advisor. “Ahí entiendo el proyecto entero, su estructura, los problemas, las limitaciones, doy mi input y ajustamos el producto, desarrollamos una estrategia y colaboro en la ejecución. A mí, tal vez por limitación mía, me cuesta mucho recibir un producto ya cerrado con una estrategia definida. Yo necesito entender, de acuerdo, necesito poder aportar lo mío para sentirme lo suficientemente cómodo para salir a venderlo”.
Lo bueno de esta etapa en la que ha entrado su trayectoria profesional es que ahora sí dedica la mayor parte de su tiempo “a hacer cosas por las que yo me pagaría a mí” y, con ello, ayuda a otras empresas. “Yo siempre quise montar estructuras grandes, siempre supe qué quería hacer, cómo quería hacerlo, dónde, y quería hacerlo rápido. Con lo cual siempre tuve, no sé si la virtud o el defecto, de armar estructuras grandes. En este caso estoy haciendo exactamente lo contrario. Soy solo, pero tengo a otros que me dan soporte. Gente con la que he trabajado, con la que sin duda volvería a trabajar, con quien colaboro en los ámbitos donde es pertinente”.
Así que ya al año 2026 le pide profesionalmente seguir por la senda que ha iniciado en esta etapa, trabajar con proyectos que le aporten valor y en los que pueda marcar la diferencia. Y, como buen rockero, encontrar tiempo para volver a tocar la guitarra. Porque los buenos rockeros siempre vuelven.