El Consejo Benéfico Ciudadano ha pedido más apoyo para los jugadores problemáticos en el Reino Unido, tras publicarse un estudio sobre las causas y el impacto de la adicción al juego.
El informe se basa en los datos de 2015 de la Comisión del Juego, que sugerían que unos 430.000 adultos en el Reino Unido podrían clasificarse como jugadores con problemas.
El Consejo Ciudadano pone de manifiesto además que cada uno de esos jugadores afecta potencialmente a la vida de entre seis y diez personas más, por lo que la estimación total de afectados rondaría los 4,5 millones de personas en el Reino Unido.
“La mayoría de la gente que juega lo hace de forma responsable y sin riesgo. Pero para cientos de miles de personas que se definen como jugadores problemáticos, el impacto puede ser devastador, incluidos los problemas de salud mental, deudas y rupturas de relaciones”, según este organismo. ”A menudo, parte de esos problemas siguen sin identificarse y además afectan a otras personas ya sean familiares, amigos o compañeros”.
El Consejo Ciudadano ha pedido que se tomen medidas para proteger mejor a los jugadores problemáticos y a quienes les rodean.
La primera es la introducción de un impuesto obligatorio para financiar la investigación y el tratamiento de la adicción al juego. La Comisión de Juego ya tiene la capacidad para aplicar dicho impuesto, pero no lo ha hecho y actualmente los servicios de apoyo a los problemas del juego se financian de forma voluntaria por parte del sector.
La institución benéfica también recomienda que los bancos e instituciones de crédito hagan más para ayudar a identificar y combatir el juego problemático. En este sentido, el Consejo Ciudadano propone el análisis de los datos de los clientes para identificar los síntomas y acudir en apoyo de los clientes.
Asimismo, solicitan formación para que los empleados bancarios se sientan cómodos cuando tengan que hablar con sus clientes sobre la adicción al juego, además de solicitar que se reduzcan las posibilidades de apostar con créditos.
El informe añade que casi el 50 por ciento de los jugadores con problemas encuestados pagaron sus apuestas con tarjetas de crédito, lo que sugiere que son capaces incluso de gastar por encima de sus ingresos.
Un jugador adicto declaró que “lo que hacen a veces es si yo he jugado durante horas y gastado un montón de dinero, suelen enviarme un texto que te pregunta ‘¿Lo estás haciendo?’. Todo lo que tienes que hacer es poner ‘sí’ y puedes continuar”.
“Sería de gran ayuda si interviniesen, porque a veces puedes perderlo todo. Es como si el camarero te dijera: vamos, ya has bebido suficiente. ¿Puedes dejarlo?’. Es un control ficticio”.
La organización también quiere que los operadores de juego hagan un mejor uso de los datos y la tecnología que poseen para identificar de forma productiva a los jugadores problemáticos y así poder ayudarles.
Gillian Guy, presidente ejecutivo del Consejo Ciudadano, aseguró que “aunque reconocemos que las compañías de juego contribuyen a desarrollar los servicios de apoyo, no es suficiente el acuerdo de carácter voluntario que está actualmente en vigor”.
Guy añadió que “nuestra investigación demuestra los efectos de cambio de vida que los problemas del juego pueden provocar en familias, amigos y compañeros de trabajo del jugador, desde un aumento de la deuda hasta la ruptura familiar. Pedimos al Gobierno que utilice las competencias que ya tiene para exigir a la industria del juego que aporte el dinero suficiente para financiar la investigación, educación y apoyo en el tratamiento de todas las personas afectadas por los problemas relacionados con el juego”.
Por su parte, Tim Miller director ejecutivo de la Comisión de Juego, afirmó respecto al estudio que “saludamos este informe que enfoca la mirada en aquellos que están en el punto extremo del daño que causa el juego y ofrece un punto de partida sólido para que entendamos que el impacto de la adicción al juego puede ir más allá del propio jugador y afectar a amigos, familia, compañeros de trabajo y comunidades”.
“La Comisión y otros actores clave de la industria comprenden el alto impacto del juego problemático y van a gestionar y minimizar esos efectos”, añadió. “Podemos trabajar juntos para prevenir los perjuicios relacionados con el juego, así como para asegurar un apoyo y tratamiento efectivo al alcance de quienes lo necesitan”.