¿Puede Chile convertirse en el próximo país latinoamericano en regular el juego online?

4 abril 2018 3:35 pm GMT | Last updated: 4 abril 2018 ¿Puede Chile convertirse en el próximo país latinoamericano en regular el juego online?

A sólo cinco días de lo que será el Primer Simposio Hispano Latinoamericano de Juego Responsable, GI Español conversó con la titular de la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) de Chile, Vivien Villagrán Acuña, sobre los desafíos y oportunidades que plantea la industria local.

El 9 y 10 de abril, Chile será la sede de un encuentro que pretende visibilizar la problemática del juego compulsivo y promover la adopción de políticas de juego responsable. El evento “Del juego patológico al juego responsable” se llevará a cabo en el casino y hotel Sun Monticello y reunirá a profesionales de Latinoamérica y España.

Mientras la industria se prepara para participar de esta iniciativa encabezada por el operador de casinos chileno Sun Dreams, la actual superintendenta arrojó luz sobre el presente y futuro de un mercado que pareciera encontrarse a años luz de países vecinos como Colombia y Perú en materia de juego online.

“Actualmente no hay ningún proyecto presentado por parte del Ejecutivo relacionado con la legislación del juego online, que de acuerdo con la normativa vigente no se puede desarrollar en nuestro país”, explicó Villagrán Acuña.

En Chile, los juegos de azar, físicos u online, están prohibidos, a no ser que sean autorizados por leyes particulares y excepcionales, tal como es el caso de los casinos de juego, la Polla Chilena de Beneficencia, la Lotería de Concepción y los hipódromos.

Por su parte, la Ley N° 19.995 (o Ley de Casinos), que fue promulgada en enero de 2005, establece que los casinos de juego sólo pueden ofrecer las categorías de ruleta, cartas, dados, bingo y máquinas de azar. Este marco normativo no contempla la explotación del juego online. Sin embargo, la Polla Chilena de Beneficencia y la Lotería de Concepción son las únicas empresas que están autorizadas a ofrecer juegos a través de sus plataformas web.

Teniendo en cuenta que los avances tecnológicos y transformaciones sociales plantean problemáticas que no se agotan con el cumplimiento formal de una norma, la superintendencia ha comenzado a prepararse técnicamente para cuando se requiera su intervención como organismo asesor. “Llegado el caso de que se decida llevar adelante un cambio legal en materia de juego online, es importante tener una visión integral que comprenda el rol del juego en esta sociedad modernizada y busque incrementar el valor público”, aseguró la titular de la SCJ.

Para el ex superintendente Francisco Leiva (se desempeñó en este cargo entre 2005 y 2012), la ley de 2005 fue buena pero carece de un enfoque sistemático y ha quedado rezagada por la evolución tecnológica. Según estima, el volumen de juego online en Chile es de aproximadamente mil millones de dólares anuales y, dependiendo del gravamen que se le imponga, podría generar 100 millones de dólares de ingresos tributarios por año.

De acuerdo con Villagrán Acuña, una de las tareas pendientes a abordar si se decide legislar sobre juego online será “conocer cuál es el impacto tributario que implica la no regulación”.

Un mercado restringido

Al día de hoy, existen en Chile 25 casinos en funcionamiento y uno en construcción: 19 autorizados bajo la Ley N° 19.995 más siete casinos municipales, cuyos permisos de operación se emiten a través de un proceso dirigido por la superintendencia. Este número incluye los dos casinos ubicados en la comuna de Arica, que cuenta con un régimen especial que autoriza los permisos de operación para un número ilimitado de casinos. “El propósito es favorecer las inversiones productivas, siempre y cuando haya una inversión turística en terrenos propios del solicitante y de un hotel de al menos 80 habitaciones, entre otras instalaciones complementarias”, explicó la superintendenta.

La norma vigente dispone que en el país pueden operar hasta 24 casinos, sin contar la Región Metropolitana. Los principales operadores del mercado son Sun Dreams (7 casinos), Enjoy (7 casinos), Marina del Sol (3 casinos operando y 1 en construcción) y Latin Gaming (3 casinos).

El año pasado, el sector de casinos de juego registró ingresos brutos del juego (win) por 755 millones de dólares, lo que supuso un crecimiento de apenas el 1 por ciento en relación a 2016. Villagrán Acuña dijo que espera que en 2018 la cifra de crecimiento sea similar.

En el ámbito tributario, desde 2008 a la actualidad los casinos de juego autorizados han contribuido a las arcas del estado con un pago de aproximadamente 620 millones de dólares por concepto de impuesto al juego (el impuesto corresponde al 20 por ciento de los ingresos brutos del juego).

“Ésta es la única industria nacional que destina parte de sus impuestos al desarrollo territorial al introducir recursos directos tanto al presupuesto regional como al presupuesto municipal. La mitad de los impuestos percibidos se destina a la Municipalidad y el resto al Gobierno Regional para financiar obras de desarrollo”, apuntó.

Juego Responsable

El estudio «Conductas de juego y juego patológico» realizado por la Universidad de Santiago de Chile y presentado por la Corporación de Juego Responsable en octubre de 2015 determinó las principales características de los usuarios de juegos de azar en el país. La investigación se llevó a cabo en la Región Metropolitana y consideró más de 1.000 encuestas a hombres y mujeres mayores de 18 años.

Según las cifras arrojadas, un 85,7 por ciento de los encuestados es un jugador de bajo riesgo, el 2,4 por ciento es un jugador patológico, un 2,9 por ciento es problemático, y un 8,9 por ciento es jugador de riesgo. “Estos valores son similares a los de otras jurisdicciones de juego”, aseguró la titular de la SCJ. “Resulta esencial que tanto el sector público como privado trabajen en conjunto para diseñar e implementar políticas de prevención del juego patológico y promoción del juego responsable”.

En esta coyuntura actual, es casi inimaginable pensar en la entrada de nuevos competidores al mercado chileno. Las restricciones actuales son el resultado de una norma que supo estar a la vanguardia en 2005 pero que no ha logrado ponerse a tono con las tendencias globales y hoy ha quedado obsoleta. El único modo de que un operador ingrese en el mercado entonces es mediante la compra de operaciones existentes.

Para revertir este panorama, hará falta voluntad política y una visión progresista y a largo plazo por parte de la superintendencia. Bajo ningún punto de vista será posible salir del estancamiento y reactivar la industria de juego chilena sin actualizar el marco legislativo vigente. Aún queda mucho por recorrer pero el reloj avanza y un poco más al norte de América del Sur, Colombia pisa fuerte. Es que, como dijo el regulador peruano Manuel San Román Benavente, no se debe prohibir lo que no se puede controlar.