La Sala del Senado chileno aprobó la semana pasada con abrumadora mayoría una iniciativa legal para redefinir qué es una máquina de azar que, según la ley de casinos, solo está permitida en esos establecimientos.
Sin embargo, es habitual que las tragamonedas estén fuera de los casinos en este país. De hecho, los medios locales citaban la semana pasada un estudio de la Universidad Católica (2006), según el cual en el país había unas 33.000 máquinas de azar fuera de los casinos.
Ahora, el Gobierno se ha propuesto restringir esta actividad a los casinos y prohibir y sancionar, incluso con la cárcel, a empresarios y jugadores que las utilicen fuera de los establecimientos autorizados para ello.
El texto establece la prohibición de operar fuera de los casinos a todas las máquinas que entreguen premios de dinero a través de un sistema aleatorio o programado, y sanciona con hasta cinco años de cárcel y casi 10 millones de pesos en multas a quienes se desempeñen en esta actividad. Además, los jugadores que las utilicen serán castigados con un año y medio de reclusión o casi un millón de pesos en multas.
Desde la Asociación Gremial de Operadores, Fabricantes e Importadores de Entretenimientos Electrónicos, su vicepresidente, Ramón Sepúlveda, advirtió que si esta iniciativa se aprueba tal como está, afectará a los cerca de 10.000 trabajadores de este gremio, porque «se nos quiere sacar por privilegiar a un grupo económico, que no son más de tres familias que tienen el monopolio de los juegos de azar en Chile en los casinos». Por esta razón, los afectados se están movilizando para pedir que la ley los regule, pero que no los prohíba.
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