Maine es ya el tercer estado de la región estadounidense de Nueva Inglaterra en legalizar y regular la explotación de apuestas deportivas. La Cámara de Representantes y el Senado aprobaron ayer la ley LD 553, que ahora pasará a manos de la gobernadora Janet Mills para su firma.

La ley da vía libre a la legalización de las apuestas deportivas en casinos presenciales o land-based, casinos tribales, hipódromos y salones de juego. También habilita a los operadores móviles a solicitar licencias de operación sin la necesidad de contar con un socio de juego presencial.

Según dispone la ley, el costo de la licencia es de 20.000 dólares y las empresas operadoras pagarán un impuesto del 10 por ciento sobre los ingresos procedentes de las apuestas presenciales. Por otro lado, la norma establece un impuesto del 16 por ciento sobre los ingresos procedentes de las apuestas móviles. Lo recaudado en concepto de impuestos se destinará al Fondo de Prevención y Tratamiento de la Ludopatía. 

Las personas mayores de 21 años podrán realizar apuestas en todos los eventos deportivos profesionales, universitarios y amateur, incluyendo las carreras de autos y los deportes electrónicos o eSports. Sin embargo, estará prohibido apostar en eventos relacionados con colegios o universidades de Maine. 

Los otros dos estados de Nueva Inglaterra que han abierto la puerta a las apuestas deportivas son Rhode Island y Nuevo Hampshire. 

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