Kike Salas, central del Sevilla CF, con 22 años, fue detenido el martes por la Policía Nacional por, presuntamente, provocar tarjetas amarillas en seis partidos de la pasada temporada para que personas de su entorno ganasen dinero con apuestas. El futbolista está ya en libertad con cargos.
Según informa el diario Marca, en la operación fueron detenidas dos personas del entorno del futbolista. Un juzgado de Morón de la Frontera está llevando la investigación por un delito de estafa. Kike Salas declaró ante el magistrado, se amparó a su derecho de no declarar y entregó su teléfono móvil para que fuese clonado.
El diario ‘El Confidencial’ publica este miércoles que dos personas del círculo de confianza de Kike Salas ganaron al menos 9.000 euros con apuestas que ahora podrían considerarse ilegales.
Presuntamente, Kike Salas, que tiene contrato con el Sevilla hasta 2029 y un salario de 360.000 euros anuales, habría pactado que forzaría tarjetas amarillas para que sus amigos realizaran apuestas sabiendo con antelación lo que iba a ocurrir sobre el terreno de juego.