El Instituto de Jogo Legal lanza una campaña por la legalización del juego en Brasil

El Instituto Brasileño de Jogo Legal (IJL) ha lanzado esta semana una fuerte campaña nacional para movilizar a los parlamentarios para la aprobación de la Propuesta de Ley 442/91, justo cuando el debate arrecia en el Congreso brasileño, profundamente dividido ante la legalización del juego. El concepto de la campaña es ‘Vacuna contra el Desempleo’.

Según ha publicado el IJL y BNLData, la campaña consta de varias piezas publicitarias como vídeo, tarjetas y textos que circularán por las redes sociales y serán enviadas a los diputados. La propuesta es mostrar cuánto pierde el país en recaudación de impuestos y empleos al no legalizar los juegos.

El IJL ha pedido a sus suscriptores que compartan el contenido que pondrán a su disposición en las próximas fechas. El concepto de la campaña es el siguiente: “¿Sabes qué tienen en común Brasil, Cuba y Corea del Norte? Son prácticamente los únicos países del mundo que aún no han regulado y legalizado el juego”.

La campaña añade que, mientras eso sucede en estos tres países, en otros como los Estados Unidos, el juego genera 1,7 millones de empleos y hace circular unos US$74.000 millones al año. Sin embargo, Brasil sigue inmerso en una disputa moral que, en la práctica, mantiene a millones de brasileños en la informalidad y el subempleo.

Una industria ilegal millonaria

El IJL añade que la prohibición de los juegos de azar no ha cambiado el escenario brasileño. Muy al contrario, dice el IJL, los juegos de azar ilegales continúan siendo una de las mayores fuentes de recaudación de dinero anualmente, moviendo alrededor de 27.000 millones de reales brasileños. “Dinero que podría gravarse para mejorar la salud, la educación y la seguridad pública, por ejemplo”, añade el IJL.

En lo que respecta al empleo, la campaña estima que la regulación del juego generaría 658.000 empleos directos y 619.000 sólo con la producción de juegos. Además, generaría 208.000 plazas en nuevas modalidades de empleo generadas por normativa, y de ellas, 20.000 para personas con discapacidad. Destacan, además, que esta situación se produce en un escenario donde en torno al 88% de las familias brasileñas tienen a algún miembro subempleado o desempleado.

Los juegos ya están en el día a día de la población. 20 millones de brasileños apuestan diariamente en el jogo do bicho, uno de los más tradicionales del país. Otros más de 10 millones apuestan en apuestas deportivas por internet. Por tanto, insiste el IJL, la prohibición no impide los juegos de azar, pero sí la recaudación de impuestos que, sin duda, marcarían una diferencia en la vida de muchos brasileños.

Por eso, considera el IJL, regular el juego conllevaría inversión extranjera, generaría empleos, incentivaría el turismo y la economía del país. “Entonces, dejemos el moralismo a un lado. Piense en cuántas familias recuperarían la dignidad del empleo. ¿Cuántos niños serían alimentados? Todo esto es posible, basta que, esta semana, los diputados voten sí al reglamento. Votar contra la legalización de los juegos es jugar contra el empleo, es votar contra la recuperación económica. Es jugar a la ruleta rusa con tu futuro”.