El Grupo Novomatic en España reforzará el control de acceso a sus salones, implantará un código de actuación en las salas y lanzará su propio proyecto de responsabilidad corporativa para ser más sostenible.
La división de salones del Grupo Novomatic en España, bajo sus marcas comerciales Nevada y Admiral, ha dado un paso adelante en el refuerzo de la responsabilidad social, estableciendo en sus locales normas internas de actuación, sin perjuicio de legislaciones o medidas autonómicas, para favorecer una mayor convivencia social.
Así, el grupo se convierte en pionero en el sector al crear un código interno como autorregulación y muestra su voluntad para adoptar cualquier otra disposición futura, de acuerdo con el regulador y la sociedad.
El grupo, en un comunicado a los medios de comunicación, indica que «es consciente de la necesidad de mantener una supervisión eficiente sobre el acceso al consumo de sus productos, tanto por el público más vulnerable como por el resto de la sociedad en general». Como actor principal del sector, ha decidido implantar por propia iniciativa estas medidas, que califica como «pioneras», como muestra de su compromiso social.
Así, sus salones de juego han instaurado ya «un riguroso sistema de control de acceso para impedir, activa y eficazmente, que menores y personas en riesgo entren a sus locales».
En esta línea, también ha anunciado que modificará las comunicaciones comerciales de las fachadas de sus locales. Para ello, se eliminarán todas las referencias al deporte, a las apuestas y al juego para no incentivar el uso irresponsable en colectivos vulnerables y personas en riesgo.
La finalidad es «lograr una armonía natural en el entorno urbano donde estén ubicadas ofreciendo una mayor conciliación con la vida cotidiana de los ciudadanos».
Dentro de su proyecto de responsabilidad social corporativa, el Grupo Novomatic ha indicado que ya ha puesto en marcha una iniciativa denominada Oportunidades para el Mundo.
Este proyecto pretende dar a conocer, promover y potenciar acciones que contribuyan a generar un impacto positivo en la naturaleza y en la sociedad, «animando a los ciudadanos a tomar parte activa para forjar entre todos un futuro más humano y sostenible».
Otro de sus proyectos está enfocado en mejorar el aire de las ciudades, implantando musgo en las fachadas para absorber aproximadamente 20 toneladas de CO2 al año y genarar la acción equivalente a 23 árboles a través de cada metro cuadrado que se implante.
