La adicción a videojuegos entra en la lista de enfermedades mentales de la OMS

14 febrero 2022 8:56 am GMT | Last updated: 14 febrero 2022 La adicción a videojuegos entra en la lista de enfermedades mentales de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya reconoce la adicción a los videojuegos como un desorden mental tras haberla incluido dentro de su clasificación en vigor de enfermedades.

Este cambio se ha introducido en la undécima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, que pasa a estar en vigor a nivel internacional para notificar las causas de muerte, pero también de enfermedad, incluidas las mentales. 

Entre los desórdenes mentales, la OMS ha considerado oportuno incluir oficialmente la adicción a los videojuegos, dentro de la categoría de «uso de sustancias o comportamientos adictivos», junto al trastorno por adicción a juegos de azar.

Uso ‘peligroso’

La OMS también ha empezado a reconocer el «uso peligroso de videojuegos» como uno de los factores que considera que influyen en el estado de salud, dentro de los usos peligrosos de sustancias, en la misma categoría que los juegos de azar pero también la falta de ejercicio físico o los hábitos de alimentación inapropiados.

La nueva lista de enfermedades CIE–11 se confeccionó originalmente en la Asamblea Mundial de la Salud que se celebró en mayo de 2019 con la vista puesta a que los países miembros la empezaran a utilizar desde 2022. 

Entonces ya se incluía la adicción a videojuegos como una enfermedad mental. Desde entonces, los países que la adoptaron con anterioridad y los grupos científicos han recomendado nuevas modificaciones para perfeccionar la versión última que se publicó el pasado viernes. 

«La adicción a videojuegos se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente — a juegos digitales o videojuegos —, que puede ser en línea — es decir, a través de Internet — o fuera de línea», explica la OMS en la nueva lista de enfermedades. 

Rasgos del trastorno

Entre los rasgos que distinguen a las personas con este trastorno, se distinguen tres:

  • La falta de control sobre juego, tanto el momento en que se producto, la duración o el contexto
  • El aumento de la prioridad sobre el resto de actividades vitales
  • La continuación o intensificación del juego a pesar de las consecuencias negativas en la persona.

La OMS ha explicado que el patrón de juego compulsivo «puede ser continuo o episódico y recurrente». Por lo tanto, se puede dar como resultado de angustia o deterioro en ámbitos importantes como el personal, familiar, social o educativo.

«El comportamiento de juego y otras características normalmente son evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves», ha matizado la OMS en el documento.