Las apuestas en juegos de azar sufrieron una caída del 4,8 por ciento en 2018, el tercer revés en los últimos cuatro años. En total, los 12 meses de 2018 dejaron un saldo de 2.169 millones de dólares, 111 millones menos con respecto al año anterior.
Los ingresos brutos de los operadores de juegos de azar también cayeron un 3,2 por ciento hasta los 403,4 millones de dólares, lo que quiere decir que en 2018 se pagaron 1.765 millones de dólares en apuestas, según ha publicado el diario local La Prensa.
De los cinco segmentos que revisa la Contraloría, las apuestas en salas de bingo fueron las únicas que cerraron con saldo positivo, con 6,4 millones de dólares y un avance del 22 por ciento. Por su parte, las mesas de apuestas cayeron un 29,1 por ciento, tras registrar un saldo de 125,8 millones de dólares.
Las apuestas en máquinas tragamonedas tipo A, que permiten múltiples jugadas por apuesta, sumaron 1.935 millones (-2,9 por ciento), además de 48,2 millones de dólares (-0,2 por ciento) en apuestas deportivas.
En el sector de juegos de azar se han despedido a 6.500 trabajadores debido a la caída en el flujo de apostadores.
El presidente de la Asociación de Administradores de Juegos de Azar, Antonio Alfaro, explicó que la afluencia de jugadores extranjeros en las mesas de juego ha disminuido un 35 por ciento en los últimos dos años.
El desempeño está ligado a la pobre ocupación hotelera en la ciudad. Las mesas de apuestas solo pueden operar en casinos instalados en hoteles con más de 300 habitaciones.
Alfaro señaló que la caída en las apuestas y jugadores es producto del impuesto de 5,5 por ciento que impuso el Gobierno en 2015 para financiar el incremento a los jubilados.
“Hemos pedido a la Junta de Control de Juegos (JCJ) que nos indique cuánto se ha recaudado con el 5,5 por ciento para cotejar esa cifra con la factura que entrega la Caja de Seguro Social todos los meses para comprobar que esos fondos se están utilizando para pagar las pensiones”, comentó.
El secretario de la JCJ, Eric Ríos, ha indicado que con el impuesto de 5,5 por ciento se recaudan 50 millones de dólares al año.
El dinero, según lo dispuesto en la ley, se utiliza para pagar el aumento en las pensiones.
Por su parte, Yelitza Amador, secretaria ejecutiva de la Asociación Panameña de Juegos de Azar, considera que, además del impuesto, la negativa de los bancos de recibir dinero procedente de los juegos de azar ha afectado al sector.
