La Federación Castellano y Leonesa de Jugadores de Azar (Fecyljar) ha advertido de que los establecimientos de juego han aumentado un 36 por ciento en los últimos dos años y ha alertado del incremento de casos de ludopatía entre jóvenes, sobre todo en relación a las apuestas y juego, que triplican su presencia entre los afectados desde 2015, tiempo en que los afectados por esta patología ha subido un 15 por ciento.
Así lo ha explicado el presidente de Feecyljar, Ángel Aranzana, quien ha explicado que en los últimos tres años (2016 a 2018) se han incrementado un 36 por ciento los establecimientos de juego en la Comunidad, impulsados en gran medida por los salones de juego, que han crecido en este periodo en un 57 por ciento, al pasar de 62 a 97 y a los que se sumarán otros 16 a lo largo de este año, cuando también está previsto que se abran cuatro casas de apuestas.
Actualmente y según desprende la Memoria del Servicio de Juego de 2018 de la Dirección de Ordenación del territorio y Administración Local de la Junta de Castilla y León, en Castilla y León hay 140 establecimientos de juego autorizados (Ávila con siete; Burgos con 22; León con 21; Palencia con diez; Salamanca con 23; Segovia con seis; Soria con siete; Valladolid con 38 y Zamora con seis).
A estas cifras hay que sumar que dentro de los propios bingos existen 16 ‘corners’ de apuestas y cuatro zonas de apuestas; en los casinos dos corners y una zona de juego y, en los salones de juegos, 37 corners y 57 zonas de apuestas.
Asimismo, el número de máquinas tragamonedas en Castilla y León asciende a 14.000, lo que supone una por cada 180 habitantes.
Aranzana ha alertado del crecimiento «exponencial» de los establecimientos de juego en la Comunidad y ha criticado que la Junta quiera que continúe este aumento a la vista de la normativa aprobada en septiembre de 2018 en la que se «facilitaba» la apertura de este tipo de negocios, ya que es una legislación «muy laxa» en distintos aspectos, como la distancia entre el mismo tipo de negocios.
Además, ha censurado que la Junta se niegue a inscribir a los enfermos que se incluyen en el fichero nacional de «autoprohibidos» para que no se les permita el acceso a este tipo de establecimientos por el hecho de estar inscritos en el que corresponde a todo el país.
En este sentido, ha explicado que eso no permite reflejar el problema existente en Castilla y León, ya que de acuerdo con el registro autonómico hay 612 inscritos, pero si se suman los que están en el nacional la estimación es de 1.500 casos y en tratamiento hay 1.200.
