El “Estudio del juego de apuestas en adolescentes en la provincia de Huelva”, realizado por la Diputación de Huelva junto a la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), arroja que 4 de cada 10 adolescentes de la provincia (39,1 por ciento) han apostado alguna vez.
El trabajo ha sido presentado esta semana por el diputado provincial de Bienestar Social, Salvador Gómez, y el profesor autor del estudio, Daniel Lloret, quienes han remarcado que sólo un 3,6 por ciento de ellos se sitúa en “esa franja de riesgo en la que el juego les está ocasionando algunos problemas o puede causárselos en el futuro”.
Gómez ha destacado que la iniciativa es consecuencia de la “preocupación” de Diputación por los datos que señalan que, en Europa, a pesar de que la ley prohíbe a los menores apostar, el 14 por ciento de los estudiantes de 15 y 16 años confiesan haberlo hecho alguna vez, y el 7 por ciento frecuentemente durante los últimos doce meses.
El estudio no sólo analiza los hábitos de juego de apuestas y los factores de riesgo psicosociales de una muestra representativa de adolescentes de la provincia, sino que recomienda propuestas preventivas eficaces “derivadas de los resultados obtenidos”.
En este sentido, Gómez ha señalado que con este estudio pretenden concientizar sobre el impacto negativo del juego de apuestas.
“La Diputación es referente provincial en políticas preventivas que tienen a los jóvenes como objeto prioritario de actuación. Estoy seguro de que este estudio será de mucha utilidad para el diseño e implementación de futuras propuestas preventivas”, ha añadido.
Por su parte, Lloret ha hecho énfasis en que “está demostrado que el menor que apuesta una vez tiene el 70 por ciento de probabilidades de volver a hacerlo”.
Y ha explicado que en el estudio han participado 2.346 alumnos de tercero y cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y primero de Bachillerato, de edades comprendidas entre los 14 y 19 años, procedentes de trece centros educativos de doce municipios de seis comarcas de la provincia.
Entre las motivaciones para jugar, el profesor de la universidad de Elche ha destacado, en primer lugar, la “baja tolerancia al aburrimiento”, la motivación financiera, la motivación social por una “presión del grupo”, la motivación del placer al considerar los jóvenes que el juego es excitante y divertido, y, por último, aunque “es la motivación que más crece con la severidad del juego”, la utilización de éste como recurso para solucionar problemas.